El Encuentro Internacional del Aceite de Oliva (WOOE) acogerá una importante delegación de compradores de este gran país los 21 y 22 de marzo de 2018
Las compras se resistieron poco después hasta caer hasta las 35.000 toneladas del bienio 2013/2015, tras dos años históricos de importaciones que llevaron las compras de aceite de oliva en China hasta las 46.000 toneladas en la campaña 2011/2012.
El periodo 2015/2016 ha sido el de la recuperación con un incremento del 12% que ha llevado las adquisiciones por encima de las 40.000 toneladas, mientras los siete primeros meses de la campaña 2016/2017, según cifras del Consejo Oleícola Internacional (COI), el incremento se cifra en torno al 17%, lo que supondría un récord histórico de las compras en el exterior.
Con los últimos datos disponibles del periodo 2015/2016, España acaparó el 80% de las ventas con más de 32.100 toneladas, seguida de Italia con el 13% con poco más de 4.000 toneladas; Grecia con el 2%, alrededor de 800 toneladas, y algo más de 2.000 toneladas, un 5%, que se reparten entre Australia, Túnez, Marruecos y Turquía, por este orden. El 77% de las compras corresponden a aceite de oliva virgen y virgen extra, seguida del aceite de orujo de oliva con un 14%, mientras el 9% restante corresponde a aceite de oliva refinado.
La producción de aceite de oliva en China
El clima chino, en general, no es mediterráneo y abundan los inviernos fríos y secos y los veranos lluviosos, por lo que la mayor parte de sus tierras no son especialmente aptas para el cultivo del olivar. Sin embargo, algunas de sus zonas más altas como Sichuan cuentan con temperaturas más suaves en invierno y más horas de insolación, con lo que el cultivo de ciertas variedades como arbequina, arbosana o koreneiki, de aceptación internacional, son aptas en estas áreas. La cosecha se realiza en septiembre, con dos meses de antelación, sobre la media del hemisferio norte, lo que le otorga una cierta ventaja competitiva.
China, que ya en la época de Mao Zhe Dong, impulsó el olivo como cultivo social, gracias al intercambio de experiencias con otro régimen comunista de la época como la Albania de Enver Hoxha, cuenta en la actualidad con cerca de 70.000 hectáreas de olivar y una producción durante la última campaña de 5.000 toneladas, similar a la de Francia o Chipre, que superará, según las previsiones, las 6.000 toneladas durante la próxima campaña.