El control de calidad es el conjunto de los mecanismos, acciones y herramientas realizadas para detectar la presencia de errores. La función principal del control de calidad es asegurar que los productos o servicios cumplan con los requisitos mínimos de calidad

La especificación o ficha técnica de un producto es un documento donde se recogen las características que el proveedor garantiza sobre el producto suministrado.

En ella se recoge información clave del producto como son sus dimensiones o particularidades que lo diferencian de otros productos.

Documento, incluido en el Sistema de Calidad de la bodega como parte del control de proveedores, donde se definen las especificaciones y tolerancias admitidas  por la bodega en la  adquisición de  los suministros empleados en el embotellado

La medición de los diámetros antes y después de someter tapones a compresión es clave para determinar la recuperación elástica dentro del cuello de la botella.  La medición de esta especificación es imprescindible para garantizar la total estanqueidad del cierre en la botella.

La presencia de polvo cedible en cierres pueden provocar defecto en fase visual de  vinos blancos, rosados o espirituosos  por problemas de partículas / desprendimientos”.

Esta prueba permite controlar la ausencia de productos de lavado con carácter oxidante que procedan del lavado de los tapones (hipocloritos, peróxidos).

Medida de la fuerza que debe ejercerse en la extracción manual del cierre. Valores bajos de este parámetro  pueden provocar riesgo de hundimiento del tapón mientras que valores elevados provocan dificultad en el descorche.

El contenido en humedad es uno de los parámetros más importantes a examinar en un tapón. Tiene influencia en las cualidades mecánicas del corcho (baja elasticidad por valores bajos de Humedad) y condiciona considerablemente el desarrollo de la flora microbiana de los tapones (exceso de Humedad).

Compuesto químico que transfiere al vino olores desagradables a moho o humedad.  Este  defecto en el vino es comúnmente denominado como «olor a corcho» tratándose esto de un error puesto la contaminación por anisoles no siempre es atribuible al corcho. Del mismo modo, un corcho en perfecto estado nunca presentará aromas  fúngicos.